Bubierca
Página no oficial de Rodolfo Lacal |
Pues bien, siguiendo el procedimiento que estoy poniendo en práctica con las noticias de prensa del siglo XIX, primero os transcribiré el texto y después os daré el link donde encontrareis el diario original.
Este es el texto de la noticia, transcrito exactamente tal como está escrito:
"Leemos
en el diario político
Zaragoza el oficio dirigido por el ayuntamiento de Bubierca al señor
Gefe político
de Aragón,
refiriéndole
los festejos de aquel pueblecito al colocar la lápida
de la Constitución.
El corazón
se enternece al contemplar la alegría
de aquellos inocentes habitantes, que apenas comprendiendo las ventajas del
nuevo sistema, lo abrazan de buena fe y con entusiasmo, hasta que los beneficios
prácticos
que de él
reciban los convenzan de su escelencia. Creemos que nuestros lectores se
deleitarán
como nosotros en la estensa relación
que el ayuntamiento hace de la fiesta.
En
este pueblo (dice) se juró
la Constitución
a su debido tiempo, y a falta de otra cosa se colocó
en la pared de la iglesia el rótulo
de Plaza de la Constitución.
Este simple rótulo
muy análogo
al estado del pueblo, y a la poca inteligencia de sus moradores en materias del
nuevo sistema de cosas, todavía
subsistía
cuando llegó
a restablecer su salud el teniente coronel contador de propios de esta provincia
D. Juan Ramón
Gonzáles;
quién
no contento con imprimir en los corazones de todos el amor a nuestro
código
sagrado, solicitó
del ayuntamiento el permiso de colocar a su costa una lápida,
que con más
dignidad que el mencionado rotulo, recordarse a los venideros la época
de nuestra regeneración,
supliendo también
los gastos de función
de iglesia, y regocijos públicos.
Condescendió
el ayuntamiento a una súplica
tan patriótica,
pero sólo
en cuanto a la lápida,
quedando de su cuenta los regocijos, y dispuestas todas las cosas necesarias
para la solemnidad del acto de la colocación,
si anuncio ésta
el 14 de octubre para el inmediato 15, con repique de campanas, salvas,
tambores, y vivas inumerables; a las cuatro de la tarde llegaron desde Alama,
Gonzáles
y una lucidísima
comitiva, conduciendo la lápida
de hermoso y abrillantado jaspe, con filetes, clabos romanos y la leyenda de oro
Plaza de la Constitución,
entre las continuadas aclamaciones del pueblo al sagrado Código,
al Rey y a las Cortes. En la pared de la iglesia se había
pintado un cuerpo de arquitectura, compuesto de dos cartelones que sostienen un
zócalo,
sobre el cual se eleva un tablero resaltado con su basa y cornisa proporcionada
que resguarda el gran pabellón
colocado sobre el tablero con su corona real, de la cual salen dos cintas en que
se lee, vivan las Cortes; viva el Rey
constitucional. En el centro del pabellón
se colocó
la lápida
de cinco cuartas de larga y tres y media de ancha, bajo la cual, y sobre el
primitivo zócalo,
descansan dos globos con sus cadenas rotas; sobre el mismo declínan
las cornúpias
derramando frutos y monedas. También
se divisan el León
y Caimán,
símbolos
de ambas Españas.
Al lado del pabellón
y sobre el zócalo
y cartelas, descansan las dos columnas de Hércules
coronadas por la real española,
y asidas las leyendas plus ultra. A
la inmediación
se leen artículos
de la Constitución
incluidos en unos recuadros del mayor gusto.
El
mismo día
14 por la noche convidó
el Ayuntamiento a todas las personas visibles del pueblo para la
función
de iglesia y demás
regocijos. Lo mismo se egecutó
con el resto de los vecinos por medio de un bando, en el que se decía
que el que no asistiese se tendría
por enemigo de la Constitución.
A las nueve de la mañana
del día
siguiente Domingo, ya estaba reunido el pueblo en la plaza, y los convidados,
incluso el capítulo
eclesiástico,
en la casa del alcalde, de donde salieron conduciendo al predicador y precedidos
de un joven que llevaba el libro de la Constitución
colgado al pecho, al cual acompañaban
doce más
que hacían
una salva continua. En la iglesia se cantó
misa solemne con Te Deum y sermón
alusivo a las circunstancias, que predicó
el P. Pedro Cubero, de la orden de la Trinidad. Concluida la función,
volvió
la comitiva a casa del alcalde, donde González
pintó
con el mayor entusiasmo y energía
las ventajas que a todos los españoles
proporciona la Constitución,
la felicidad de que han de disfrutar los pueblos bajo este régimen
controlador, y concluyó
manifestando la obligación
en que está
todo ciudadano de perder la vida en su defensa.
El pueblo que es de corto vecindario estaba lleno de gente de los inmediatos. A las dos se principiaron a correr parejas lucidas, tanto de a pie, como de a caballo en burros con albardas al rebés, según costumbre inmemorial del pueblo. Concluidas las corridas y premiados los vencedores con dos docenas de pollos, se reunió la gente en la plaza de la Constitución, donde rompió el baile la M. I. Señora Doña María Fermina Esterripa de Padilla, camarista que fue de la Reina madre con mosen Tomás González, beneficiado del lugar de Cetina, que había concurrido a la función . A las cinco se sirvió un magnífico refresco para los vecinos y forasteros en las casas del alcalde. Al día siguiente continuaron los regocijos, y por la tarde hubo corrida de novillos, con uno de muerte que lidiaron todos los mozos. Al inmediato se hizo con el mayor entusiasmo el alistamiento para la Milicia nacional, en que todos entraron a porfía, resultando ciento diez, y por consiguiente compañía, que desde luego hizo el nombramiento de gefes y demás prevenido en la Instrucción; siendo Bubierca un teatro de regocijos, y sus habitantes unos verdaderos constitucionales"
Esta jugosa noticia se publicó el 9 de noviembre de 1820 en el "Diario
Constitucional, Político y Mercantil de Barcelona" Podéis leer el original
en el siguiente link: http://prensahistorica.mcu.es/es/catalogo_imagenes/imagen.cmd?posicion=1&path=506000562#search="Bubierca"
Como siempre en noticias tan interesantes me gustaría hacer algunos comentarios (recibiré con gusto otros comentarios que se os ocurran):