Sub Menu contents
Bubierca

Página no oficial de Rodolfo Lacal

Festejos constitucioales en 1820
 
Actualizada el 5 de noviembre de 2011
 
Antes de entrar de lleno en esta noticia y su relato, es necesario recordar un poco de la historia de España. La primera Constitución española se promulgó en 1812 por las Cortes Generales de España en Cádiz. Tuvo vigencia en episodios intermitentes, entre 1812 y 1814, entre 1820 y 1823, y finalmente entre 1836 y 1837. Los festejos de los que hablaremos se llevaron a cabo en 1820, o sea, en el primer año del llamado Trienio Liberal.

Pues bien, siguiendo el procedimiento que estoy poniendo en práctica con las noticias de prensa del siglo XIX, primero os transcribiré el texto y después os daré el link donde encontrareis el diario original.

Este es el texto de la noticia, transcrito exactamente tal como está escrito:

"Leemos en el diario político Zaragoza el oficio dirigido por el ayuntamiento de Bubierca al señor Gefe político de Aragón, refiriéndole los festejos de aquel pueblecito al colocar la lápida de la Constitución. El corazón se enternece al contemplar la alegría de aquellos inocentes habitantes, que apenas comprendiendo las ventajas del nuevo sistema, lo abrazan de buena fe y con entusiasmo, hasta que los beneficios prácticos que de él reciban los convenzan de su escelencia. Creemos que nuestros lectores se deleitarán como nosotros en la estensa relación que el ayuntamiento hace de la fiesta.

 

En este pueblo (dice) se juró la Constitución a su debido tiempo, y a falta de otra cosa se colocó en la pared de la iglesia el rótulo de Plaza de la Constitución. Este simple rótulo muy análogo al estado del pueblo, y a la poca inteligencia de sus moradores en materias del nuevo sistema de cosas, todavía subsistía cuando llegó a restablecer su salud el teniente coronel contador de propios de esta provincia D. Juan Ramón Gonzáles; quién no contento con imprimir en los corazones de todos el amor a nuestro código sagrado, solicitó del ayuntamiento el permiso de colocar a su costa una lápida, que con más dignidad que el mencionado rotulo, recordarse a los venideros la época de nuestra regeneración, supliendo también los gastos de función de iglesia, y regocijos públicos. Condescendió el ayuntamiento a una súplica tan patriótica, pero sólo en cuanto a la lápida, quedando de su cuenta los regocijos, y dispuestas todas las cosas necesarias para la solemnidad del acto de la colocación, si anuncio ésta el 14 de octubre para el inmediato 15, con repique de campanas, salvas, tambores, y vivas inumerables; a las cuatro de la tarde llegaron desde Alama, Gonzáles y una lucidísima comitiva, conduciendo la lápida de hermoso y abrillantado jaspe, con filetes, clabos romanos y la leyenda de oro Plaza de la Constitución, entre las continuadas aclamaciones del pueblo al sagrado Código, al Rey y a las Cortes. En la pared de la iglesia se había pintado un cuerpo de arquitectura, compuesto de dos cartelones que sostienen un zócalo, sobre el cual se eleva un tablero resaltado con su basa y cornisa proporcionada que resguarda el gran pabellón colocado sobre el tablero con su corona real, de la cual salen dos cintas en que se lee, vivan las Cortes; viva el Rey constitucional. En el centro del pabellón se colocó la lápida de cinco cuartas de larga y tres y media de ancha, bajo la cual, y sobre el primitivo zócalo, descansan dos globos con sus cadenas rotas; sobre el mismo declínan las cornúpias derramando frutos y monedas. También se divisan el León y Caimán, símbolos de ambas Españas. Al lado del pabellón y sobre el zócalo y cartelas, descansan las dos columnas de Hércules coronadas por la real española, y asidas las leyendas plus ultra. A la inmediación se leen artículos de la Constitución incluidos en unos recuadros del mayor gusto.

 

El mismo día 14 por la noche convidó el Ayuntamiento a todas las personas visibles del pueblo para la función de iglesia y demás regocijos. Lo mismo se egecutó con el resto de los vecinos por medio de un bando, en el que se decía que el que no asistiese se tendría por enemigo de la Constitución. A las nueve de la mañana del día siguiente Domingo, ya estaba reunido el pueblo en la plaza, y los convidados, incluso el capítulo eclesiástico, en la casa del alcalde, de donde salieron conduciendo al predicador y precedidos de un joven que llevaba el libro de la Constitución colgado al pecho, al cual acompañaban doce más que hacían una salva continua. En la iglesia se cantó misa solemne con Te Deum y sermón alusivo a las circunstancias, que predicó el P. Pedro Cubero, de la orden de la Trinidad. Concluida la función, volvió la comitiva a casa del alcalde, donde González pintó con el mayor entusiasmo y energía las ventajas que a todos los españoles proporciona la Constitución, la felicidad de que han de disfrutar los pueblos bajo este régimen controlador, y concluyó manifestando la obligación en que está todo ciudadano de perder la vida en su defensa.

 

El pueblo que es de corto vecindario estaba lleno de gente de los inmediatos. A las dos se principiaron a correr parejas lucidas, tanto de a pie, como de a caballo en burros con albardas al rebés, según costumbre inmemorial del pueblo. Concluidas las corridas y premiados los vencedores con dos docenas de pollos, se reunió la gente en la plaza de la Constitución, donde rompió el baile la M. I. Señora Doña María Fermina Esterripa de Padilla, camarista que fue de la Reina madre con mosen Tomás González, beneficiado del lugar de Cetina, que había concurrido a la función . A las cinco se sirvió un magnífico refresco para los vecinos y forasteros en las casas del alcalde. Al día siguiente continuaron los regocijos, y por la tarde hubo corrida de novillos, con uno de muerte que lidiaron todos los mozos. Al inmediato se hizo con el mayor entusiasmo el alistamiento para la Milicia nacional, en que todos entraron a porfía, resultando ciento diez, y por consiguiente compañía, que desde luego hizo el nombramiento de gefes y demás prevenido en la Instrucción; siendo Bubierca un teatro de regocijos, y sus habitantes unos verdaderos constitucionales"

Esta jugosa noticia se publicó el 9 de noviembre de 1820 en el "Diario Constitucional, Político y Mercantil de Barcelona"  Podéis leer el original en el siguiente link: http://prensahistorica.mcu.es/es/catalogo_imagenes/imagen.cmd?posicion=1&path=506000562#search="Bubierca"

Como siempre en noticias tan interesantes me gustaría hacer algunos comentarios (recibiré con gusto otros comentarios que se os ocurran):

 

Volver arriba