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Bubierca

Página no oficial de Rodolfo Lacal

Hundimiento de una casa en 1897
 
Actualizada el 9 de noviembre de 2011

 

Lo que aquí traigo era inicialmente una breve noticia sobre el hundimiento de una casa de un rico bubiercano. Sin embargo, leyendo la reseña en diferentes diarios de la época me he dado cuenta de que había muchos detalles que se podrían comentar y por eso he preparado este apartado especial.

 

El hundimiento de la casa se produjo el 15 de marzo de 1897. La noticia la he encontrado en siete diarios, uno de ellos en catalán, de muy diversas ciudades, entre los días 16 y 20 de marzo. Como veréis, los relatos o reseñas de cada uno de ellos recuerdan a eso que jugábamos de críos de decir algo al oído a la persona de al lado y ésta a la siguiente y así sucesivamente hasta que la última decía en voz alta lo que había entendido, lo que causaba las risas de todos al comprobar que nada tenía que ver con la palabra inicial. Creo que se llamaba "el teléfono roto".

 

Me gustaría poder copiar y pegar los recortes de esos diarios porque lo haría todo más fácil de explicar, pero como los intermediarios guardianes de los diarios son tan celosos de su "no-propiedad intelectual", pues tendré que ir transcribiendo y mandándoos al link donde está cada uno de ellos.

 

El diario La Epoca del 16 de marzo de 1897 decía lo siguiente: 

 

Zaragoza. - Comunican de Calatayud que en Bubierca se ha hundido la casa del rico propietario señor Liria, sepultando a varias personas bajo los escombros.

 

La esposa, una hija y la suegra del citado señor han perdido la vida, resultando además gravemente heridos una hermana y varios criados.

 

Momentos antes de ocurrir la catástrofe, el Sr. Liria había salido al huerto con un hijo pequeño, debiéndose a esto el que ambos se hayan salvado.

 

El hecho ha producido penosa impresión en el vecindario.

 

Muy bien. Hasta aquí una noticia correcta y escueta que parece haber sido enviada por medio de un telegrama a la sede del diario La Época. El mismo día, El Liberal, otro diario de Madrid, publicaba una reseña un poco más extensa, dado que la recibió de su corresponsal en Ateca. Decía lo siguiente:

 

Catástrofe

UNA CASA DESPLOMADA

(por telégrafo)

Ateca 15 (5-30 t.) 

 

Acabo de llegar del inmediato pueblo de Bubierca, adonde me dirigí esta mañana con objeto de informar a El Liberal acerca de una catástrofe ocurrida en dicho punto.

 

Hoy, a las ocho de la mañana, se ha desplomado una casa, morada de don Manuel González Liria, ex diputado provincial carlista y acaudalado propietario.

 

Quedaron sepultados en los escombros la familia y los criados de dicho señor.

 

Inmediatamente acudieron las autoridades y el vecindario, para prestar auxilios.

 

Fueron extraídos de las ruinas tres cadáveres, los de la anciana madre del señor Liria, la esposa y una hija de ocho años.

 

Resultaron, además, heridos de gravedad una hermana, dos niños de pocos años y dos criados.

 

Minutos antes de la catástrofe había salido de casa el señor González Liria, para inspeccionar las faenas agrícolas en sus propiedades.

 

Los heridos se libraron de una muerte segura, gracias a la prontitud con que acudieron los vecinos, los cuales extrajeron aquellos casi asfixiados.

 

La terrible desgracia ha consternado al vecindario, entre el que las víctimas, por su bondad y sus virtudes, gozaban de generales simpatías

 

La esposa y la hija fueron sorprendidas por la muerte cuando se hallaban durmiendo.

 

La anciana madre estaba vistiéndose.

 

La causa del hundimiento ha sido el haber desmontado, para reedificar, parte del edificio, dejando insegura la porción restante, que se derrumbó. - Borja.

 

Muy bien. Éste ya es un relato más detallado, en el que sabemos cómo se llamaba el propietario de la casa hundida y también el corresponsal Sr. Borja. Nos dice también cual fue la causa del derrumbe y nos cuenta que entre los heridos había dos niños.

 

Ya encontramos, sin embargo, la primera discrepancia. En el primero se dice que falleció la suegra, en el segundo la madre del Sr. Gonzalez Liria. A pesar de ello, se puede afirmar que los lectores de estos dos anteriores diarios estaban suficientemente informados. Veamos qué se publicó en días sucesivos en otros diarios.

 

El Diario de Reus del 17 de marzo 1897, en castellano, decía lo siguiente:

 

Un hundimiento

 

Telegrafían de Zaragoza que en Bubierca, pueblo de la comarca de Ateca, hundióse la casa del ex diputado provincial don Gonzalo de Liria.

 

En los primeros momentos acudieron al lugar del suceso multitud de vecinos para prestar auxilio, resultando inútiles todos los esfuerzos hechos para salvar a las personas que quedaban sepultadas.

 

Han perecido en la catástrofe la esposa y una hija de ocho años del ex diputado provincial .

Además, han resultado varias personas heridas.

 

Débese el hundimiento a la construcción de doce habitaciones interiores, cuya obra nueva no ha resistido el peso de la antigua.

 

La casa ha quedado casi toda en ruinas.

 

Las personas que han perecido se hallaban durmiendo en el momento del hundimiento.

 

El señor Gonzalo Liria se hallaba en el pueblo de Grecenas, por cuyo motivo no fue víctima de la catástrofe.

 

El vecindario se haya afligido por este triste suceso que ha costado la vida a personas muy estimadas en toda la comarca.

 

Bestial. Nada encaja con las noticias del día anterior. Primero me cambia el nombre al señor Liria. Segundo, dice que acudieron en auxilio de los sepultados y no consiguieron salvar a nadie. Tercero, se olvidan de que falleció también la suegra (o madre, vaya usted a saber). Cuarto, dice que estaban construyendo 12 habitaciones. Inaudito. Y quinto, que el señor Liria estaba de viaje en un pueblo cuyo nombre no figura en atlas geográfico alguno.

 

Hasta ahora sorprendente, ¿verdad? Pues hay más. En el diario El Aralar de Pamplona del 18 de marzo de1897, es decir, el mismo día que el anterior, se publicó la siguiente corta noticia:

 

En Bubierca (Zaragoza) se ha hundido la casa donde habitaba el ex diputado don Gonzalo Ciria.

 

Perecieron la madre, esposa e hija de dicho señor, que se encontraban

 durmiendo al sufrir la catástrofe.

 

Resultaron también muchos heridos.

 

Corta si, pero con alguna discrepancia nuevamente. Al pobre ex diputado le han vuelto a cambiar el apellido. Ahora le han puesto señor Ciria. Y aquí dicen de nuevo que es la madre la que falleció. Pero que también estaba durmiendo.

 

Ese mismo día, en el diario La Información de Salamanca, se publicó lo siguiente:

 

Dicen de Zaragoza que en el término de Bubierca, próximo al pueblo de Ateca, se ha hundido la casa del ex diputado provincial don Gonzalo Birla.

 

Desde el primer momento acudieron los vecinos para prestar ayuda pero todos sus esfuerzos fueron estériles para extraer las personas sepultadas en la catástrofe.

 

Este sensible hecho acaeció por haberse hundido la obra nueva que se estaba haciendo para edificar habitaciones superiores.

 

La casa amenazaba ruina desde hace tiempo en que se hundió el tejado siendo reedificado.

 

En el momento de ocurrir la catástrofe, las personas fallecidas estaban entregadas al descanso.

 

Han muerto la madre, la esposa y la hija del ex diputado señor Liria y han resultado heridas varias personas.

 

El señor Liria debió su salvación a la circunstancia de hallarse en el pueblo.

 

Las escenas que han producido este hecho han sido muy desconsoladoras.

 

La consternación ha sido grande, por ser las víctimas personas aprecíadisimas.

 

¿Señor Birla? ¡Toma castaña! No sé como van a acabar llamándole. Al menos se confirma que era la madre la fallecida y no la suegra. Ahora bien, no entiendo lo del tejado qué tiene que ver.

 

Y de nuevo en Pamplona, en concreto en el diario La Lealtad Navarra se publicó el mismo día lo siguiente:

 

En Bubierca, pueblo de Aragón, se ha desplomado una casa, morada de don Manuel González Liria, ex diputado provincial carlista y acaudalado propietario.

 

Quedaron sepultados en los escombros la familia y los criados de dicho señor.

 

Inmediatamente acudieron las autoridades y vecindario, para prestar auxilios.

 

Fueron extraídos de las ruinas tres cadáveres: los de la anciana madre del señor Liria, la esposa y una hija de ocho años.

 

Resultaron, además, heridos de gravedad, una hermana, dos niños de pocos años y dos criados.

 

Minutos antes de la catástrofe había salido de casa el señor González Liria, para inspeccionar las faenas agrícolas en sus propiedades.

 

Los heridos se libraron de una muerte segura, gracias a la prontitud con que acudieron los vecinos, los cuales extrajeron aquellos casi asfixiados.

 

La esposa y la hija fueron sorprendidas por la muerte cuando se hallaban durmiendo.

 

La anciana madre estaba vistiéndose.

 

La causa del hundimiento ha sido el haber desmontado para reedificar, parte del edificio, dejando insegura la porción restante, que se derrumbó.

 

Esta es prácticamente igual a una de las publicadas el primer día.

 

Y nos queda la última, que es de traca. Está en catalán, pero se entiende todo. Lo traduzco de todas formas gracias a mis limitados conocimientos de ese idioma de cuando estudié y trabajé en Barcelona. Se dice en La Campana de Gracia del 20 de marzo de 1897:

 

A un ex diputat carlí resident á Bubierca (Aragó) l'altre día se li va ensorrar.la casa, matant á tres individuos de la séva familia.

 

Aquestas impaciencias carlistas son funestíssimas. Perque á mí que no m' ho diguin, aquesta casa s' ha sublevat sense esperar las ordres de Venecia.

 

En castellano viene a decir lo siguiente: "A un ex diputado carlista residente en Bubierca se le ha hundido el otro día la casa, matando a tres individuos de su familia. Estas impaciencias carlistas son funestísimas. Porque a mi que no me digan; que esta casa se ha sublevado sin esperar las órdenes de Venecia."

 

Esta indignante versión de una tan luctuosa noticia no tiene explicación ni siquiera en la base del odio que existía entre pro y anti carlistas. Mofarse de la desgracia de alguien, sea del signo político o facción que sea, no es de bien nacido. Por cierto, cuando se refiere a Venecia es porque Carlos VII se encontraba exiliado en esa ciudad.

 

Espero que os haya gustado este análisis pseudocientífico del "teléfono roto" en la prensa española del siglo XIX.

 
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