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Bubierca

Página no oficial de Rodolfo Lacal

Suicidios y otras tentativas
 
Actualizada el 7 de febrero de 2012

 

 

Estamos acostumbrados a oír hablar de suicidios por razones amorosas y uno piensa que en aquellos años del siglo XIX, quizás por cómo nos lo han pintado en las películas, ese era el móvil que llevaba a tal decisión. Sin embargo, el primer caso que traigo hoy obedece a otra razón, sorprendente si se quiere, porque se trató de razones políticas. Leed, leed lo que publicó el diario La Discusión del 4 de junio de 1874 y lo comprobaréis:

 

El domingo a las cuatro de la tarde ocurrió una sensible desgracia en el pueblo de Bubierca.

 

Un joven de la reserva actual, a quien su padre, a pesar de las constantes y rotundas negativas de aquél, inducía con insistencia a que no se presentase a servir a las órdenes del Gobierno sino a las de los carlistas, se arrojó cruzado sobre la vía férrea, de tal manera, que el tren, pasándole por encima, le separó la cabeza del cuerpo.

 

Deploramos este dolorosa suceso.

 

A mi que me huele un poco esta noticia a propaganda oficialista ... No sé. Igual soy un mal pensado, pero si el mozo no quería irse con los carlistas, se escapa de casa, se presenta al ejército en otro pueblo y listo. Claro que, de haber hecho eso, tendría que haber explicado el por qué y su padre podría haber sido ajusticiado en consecuencia. Elucubraciones mías, no me hagáis mucho caso porque la noticia, escrita exactamente igual, palabra por palabra, apareció también en La Epoca del 6 de junio y en el Diario de Córdoba del mismo día.

 

El siguiente caso ya se debió a temas amorosos. Se publicó en El Imparcial del 5 de mayo de 1911 y decía lo siguiente:

 

Calatayud 4.- Un joven de diez y ocho años, natural de Bubierca, llamado Tomás Blanco, arrojóse al paso de un tren de mercancías y falleció al llegar al hospital.

 

Obedece el suicidio a contrariedades amorosas.

                                                           

Nada que comentar. El último caso es diferente. También por causa de amores, pero más complejo. Ocurrió dos años antes y se publicó en La Correspondencia de España del 9 de enero de 1909:

 

Comunican de Bubierca que el amante de Agueda Sursot, Pascual Andaluz, disparó sobre aquélla un tiro, y al creerla muerta, dirigió el arma contra sí.

 

Tanto una como otro están graves.

 

El juzgado interviene en el asunto.

 

Ya os decía yo que este caso era más complejo. Da para imaginar qué llevó al Pascual a hacer tal cosa.

 

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