Bubierca
Página no oficial de Rodolfo Lacal |
Me permito, como ya hice
en otras ocasiones, salirme del término municipal de Bubierca para comentar un
suceso curioso acontecido en un pueblo de la comarca, próximo al
nuestro.
La
Epoca del 29 de enero de 1892 publicó lo
siguiente:
El
jefe de la Guardia civil del puesto de Ateca ha dado parte al gobernador de
Zaragoza de que en la puerta de la Casa-Ayuntamiento del pueblo de Tonujo de la
Cañada han aparecido varios pasquines anarquistas.
Están
escritos con muchas faltas gramaticales, y se dice en ellos que la propiedad es
de los que trabajan con las manos, y por tanto todos los propietarios disfrutan
de lo que no les pertenece, siendo necesario arrancarles cuanto poseen, y que,
para conseguirlo, deben los anarquistas cortar la cabeza a los curas, a los ricos
y a todos los que no trabajen.
La
Guardia civil busca con actividad a los autores de los pasquines, que se cree
sean unos bromistas de mal género.
¡Pues vaya bromistas!
¡Quieren acabar con todo bicho viviente! Y yo me pregunto, ¿por qué supone la
Guardia Civil que se trata de unos bromistas? Será porque escriben con muchas
faltas de ortografía...
Aunque la noticia dice
que el hecho ocurrió en Tonujo de la Cañada, está claro para todos que se trata
de Torrijo de la Cañada, tal como acertadamente decía El
Liberal del 29 de enero de 1892 en un texto similar al anterior, pero con
una frase final diferente:
El
jefe de la Guardia civil del puesto de Ateca ha dado parte al gobernador de
Zaragoza de que en la puerta de la Casa-Ayuntamiento del pueblo de Torrijo de la
Cañada han aparecido varios pasquines anarquistas.
Están
escritos con muchas faltas gramaticales, y se dice en ellos que la propiedad es
de los que trabajan con las manos, y por tanto todos los propietarios disfrutan
de lo que no les pertenece, siendo necesario arrancarles cuanto poseen, y que,
para conseguirlo, deben los anarquistas cortar la cabeza a los curas, a los ricos
y a todos los que no trabajen.
En
los pasquines se alude a determinadas personas del pueblo, las cuales se hallan
justamente alarmadas.
Así que quieren cortar la
cabeza a curas, ricos y vagos, pero con nombres y apellidos. A ver si esto va a
ser una cuestión personal entre vecinos...
Pues si, eso parece al
leer lo que, unos días después, decía el Diario
Oficial de Avisos de Madrid del 3 de febrero de
1892:
Dicen de Ateca que los pasquines que
aparecieron en la Puerta del Ayuntamiento de Torrijo de la Cañada no eran
anarquistas, sino amenazadores para algunos vecinos que se
nombraban.
O sea que ni anarquistas, ni bromistas. Ahora, imaginación si que tuvieron en sus amenaza, con faltas de ortografía y todo.