Los diarios y publicaciones periódicas del Siglo XIX solían contener, palabra por palabra, las mismas noticias que sus competidores directos. Es lógico, pues salvo algunos casos en los que contaban con un corresponsal, o recibían una carta de algún lector, se nutrían de noticias recibidas por telégrafo en los gobiernos provinciales o en la administración central del Estado.

Esa similitud de contenidos y artículos era más notoria en la primera mitad de siglo, dado que la red telegráfica se encontraba poco extendida. Con la ampliación de ese medio de comunicación, en especial gracias a las estaciones telegráficas que las nuevas lineas de ferrocarril iban instalando, las redacciones de los periódicos comenzaron a tener más despachos telegráficos que espacio disponible para publicarlas. Por lo general los diarios salían con cuatro u ocho páginas diarias. De ese modo, en el último tercio del siglo XIX y primero del XX, empieza a ser común encontrar que ciertas noticias parecen haber sido descartadas, por falta de espacio o falta de coincidencia con su linea editorial, en la mayoría de publicaciones nacionales, apareciendo como notas aisladas en tan solo una publicación de algún diario de provincias. Traigo aquí dos de esos casos sobre noticias acontecidas en Bubierca.

Leo en La Crónica de Huesca del 29 de abril de 1892 lo siguiente:

Algunos vecinos de Bubierca creen haber descubierto una mina de cobre en aquel término municipal, a cuyo efecto han solicitado autorización para explotarla y han practicado algunas excavaciones.

He buscado minuciosamente esta noticia en muchos otros diarios de la misma fecha o próxima y no he encontrada nada. ¿Qué interés tenía publicar esta noticia en Huesca? Ninguno, la verdad. Claramente les sirvió de relleno.

Por otro lado, la noticia en sí es alucinante. Resulta que en 1892 dicen haber encontrado una mina de cobre cuando, según registros mineros con que cuento para mi prometida serie sobre minería en Bubierca, el boom minero en Bubierca y comarca de Calatayud se produjo en los 1840 y 1850. Lo que a mi entender ocurrió es que en esos años 1890 se produjo un renacimiento de la investigación minera en la comarca por parte de particulares que se dedicaron a solicitar licencias de explotación que, en la mayoría de los casos, no renovaron tras varios años sin resultado alguno. Pero todo esto ya lo contaré en la serie que estoy preparando sobre minería en Bubierca.

El siguiente caso lo he encontrado tan solo en el Heraldo Alavés (si, de Alava) del 15 de marzo de 1905 y decía lo siguiente:

Disparo Casual

De Bubierca comunican que al vecino de aquel pueblo Simón Laguna Pablo, se le disparó casualmente una escopeta que llevaba.

Penetróle el proyectil por la parte inferior del muslo, fracturándole el fémur al nivel de la herida.

Su estado es de pronóstico reservado.

Y digo yo, ¿a alguien de Vitoria le importaba algo que a un señor de un pueblecito de Zaragoza se le disparase la escopeta hiriéndole una pierna? Pues no, no le interesaba a nadie. Lo dicho, noticia de relleno.

Por cierto, he buscado a este pobre hombre en el Censo Electoral de Bubierca de 1890 y no aparece entre los muchos con apellido Laguna que allí constan. Ello me lleva a pensar que en 1890 era menor de 25 años, con lo que en el momento del accidente no habría cumplido los 40 años de edad.

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