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Bubierca

Página no oficial de Rodolfo Lacal

Otra de carlistas en Bubierca
 
Actualizada el 17 de junio de 2013


Si se buscan en los diarios de la época noticias de las guerras carlistas en Bubierca y pueblos vecinos se encuentran infinidad de referencias al paso por la zona de facciones carlistas causando daños de todo tipo. Son muchos los relatos que hablan de lineas telegráficas cortadas o trenes saboteados.

Aparte de la historia que ya conté sobre el cura carlista de Bubierca, no tenía intención de hacer más entregas al respecto por no ser exclusivas de nuestro pueblo. Sin embargo, he encontrado una noticia que vale la pena relatar.

En La Prensa, diario matutino de Madrid, se podía leer lo siguiente en su edición del 12 de diciembre de 1871:

Sigue marchando el mundo. Y he aquí la forma que tiene de marchar:

Un viajero que llegó ayer procedente de Zaragoza, dice el mismísimo Imparcial, nos ha referido algunos detalles acerca de la detención del tren-correo en Bubierca.

«Apenas entró el tren en la estación, un grupo de ocho hombres desharrapados, con armas viejas, se acercó a la máquina intimando al que la dirigía para que no continuase la marcha.

El maquinista, por su parte, creyó al principio que la linea telegráfica estaba cortada, y presumió que lo mismo sucedería con la férrea, por cuya razón no intentó siquiera seguir más adelante.

Entretanto, los viajeros observaron en la parte alta del pueblo dos jinetes con boina blanca que conversaban muy amigable y confiadamente con un sacerdote que, a juzgar por el traje, era el párroco del pueblo.

Al mismo tiempo, varios carlistas, hasta el número de 18, iban pasando a los lados del tren apuntando con las armas para que nadie bajara, pero todos los viajeros notaron que aquella gente desharrapada más que hombres de guerra, eran seres inofensivos, no muy poseídos de su serenidad.

Comunicados los avisos a la estación próxima, y convencidos los jefes del tren de que no había interrupción alguna en la línea, continuó el tren su marcha sin que los carlistas cometieran ningún atentado.»


Si bien se dice que la noticia salió en El Imparcial, no la he encontrado, salvo que se publicase en las dos últimas páginas de su edición del 11 de diciembre, que no están disponibles en el archivo digitalizado de la Biblioteca Nacional.

La noticia es realmente extraña. Se detiene el tren a la fuerza y se le deja ir después sin asaltarlo. Además, tampoco viene a cuento decir que había dos jinetes hablando con el cura en lo alto del pueblo. ¿O será que el pasajero que cuenta los hechos tenía algo contra ese cura? Lo digo porque en ningún otro diario aparece la noticia, siendo que un suceso de tal entidad —no todos los días se detiene a la fuerza un tren en la principal linea férrea de un país— es digno de ser incluido en los diarios de tirada nacional.

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