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Bubierca

Página no oficial de Rodolfo Lacal

Tras 1880, el río da miedo
 
Actualizada el 8 de marzo de 2012

 

Tras la serie de catastróficas avenidas del año 1880 no es extraño que el Jalón diese miedo y que al mínimo atisbo de crecida saltasen todas las alarmas. Así es como en La Correspondencia de España y en La Iberia del 24 de febrero de 1881 se incluían los dos siguientes telegramas:

 

Anoche se recibió en el Ministerio de la Gobernación el siguiente telegrama:

 

Zaragoza, 23, 7 t.—El gobernador al ministro de la Gobernación: «El alcalde de Calatayud, en telegrama de las 5 y 30 de la tarde de hoy me dice: Río Jalón crece; sus aguas se elevan metro y medio sobre su nivel ordinario; es de temerse aumente la crecida. He ordenado se adopten medidas convenientes para evitar desgracias. Daré cuenta a V. E. de cuanto ocurra.»

 

Zaragoza, 11,35 n.—El gobernador al ministro de la Gobernación: «El alcalde de Calatayud me dice: se inicia el descenso de las aguas del río Jalón; se han dictado las medidas convenientes.»

 

Aunque también fue noticia lo inverso, es decir, la falta de agua en el río. Así, El Siglo Futuro del 30 de agosto de 1883 publicó:

 

El río Jalón ha aumentado estos días su caudal en cantidad suficiente para que los labradores puedan dar algún riego a las cosechas de legumbres y hortalizas agostadas por el calor y sequía.

 

El Jalón siguió haciendo de las suyas. En el caso del que se hicieron eco un gran número de diarios, entre ellos El Día del 31 de marzo de 1884, la zona afectada fue su curso bajo:

 

Anoche se recibió un telegrama del alcalde de Plasencia (Zaragoza), participando que a consecuencia de la crecida del río Jalón, están inundadas las huertas de dicho pueblo y l de Bardallur, habiéndose llevado las aguas el puente de Urrea y corriendo peligro el de Plasencia, por faltar solo un metro para que las aguas pasen por encima del mismo.

 

No se tenía noticia de haber ocurrido desgracias personales.

 

Y un nuevo susto, o más que susto, en 1886. Lo contó primero El Liberal del 15 de mayo de 1886 de la siguiente forma:

 

La tormenta del 12 empezó en Calatayud cerca de las ocho de la noche. Llovió copiosamente primero, granizó después por espacio de diez minutos y volvió a llover, durando la tempestad hasta la madrugada. Se ignoran todavía los daños causados en el campo. Lo que más ha padecido son los cáñamos y las cebadas. En el túnel núm. 2 cayó una chispa; otra en Bubierca. Donde la tormenta tomó caracteres extraordinariamente alarmantes y causó más estragos fue en Arcos. El río Jalón llevaba gran crecida por Calatayud, y arrastraba muchos trozos de árboles, objetos y animales domésticos.

 

No sé a que se refieren al hablar del túnel núm. 2. Por otro lado, esas chispas sabemos que suelen causar incendios en nuestro monte.

 

También La Epoca del 16 de mayo hablo de la crecida en estos términos:

 

Por la parte de Aragón, el Diario de Avisos de Zaragoza habla de las avenidas del Ebro y del Gállego, y de la fuerte tormenta que descargó en Tudela; más La Comarca y el Diario de Calatayud describen la tempestad que en la noche del 12 descargó sobre aquella población y sus campos, y de los perjuicios que el granizo, como huevos de paloma, ocasionó en la vega. En Buburia cayó una chispa eléctrica, y en Arcos, que sufrió lo más fuerte de la tormenta, han quedado desolados los campos de cáñamos y cebadas. El río Jalón tuvo una crecida extraordinaria, inundando las vegas de los pueblos ribereños.

 

Está claro que el tal Buburia es Bubierca.

 

Para concluir la reseña de esos años posteriores a las crecidas de 1880, otra alarma del río. Esta publicada en La Correspondencia de España del 5 de agosto de 1887:

 

Nos comunican de Alhama de Aragón, que el río Jalón llevó anteayer tal crecida, que los bañistas se alarmaron ante el temor de que se inundara el establecimiento.

 

Y después llegó la de 1888 que, por su magnitud, merece ser contada en un nuevo episodio de esta serie.

 

 

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