Bubierca
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Este caso
muestra que para algunos las inundaciones de 1895 no les vinieron mal, solo que
su pequeña fortuna les llegó dos años después.
El Diario de
Avisos de Madrid del 11 de septiembre de 1897 fue el primero en hablar del
asunto en los siguientes términos:
En
Ateca (Zaragoza) más de 200 personas de la clase pobre se ocupan en remover los
escombros acumulados en las orillas del río Jalón, donde se han hallado onzas,
medias onzas y centenes de oro.
Van
encontrados ya, próximamente, unos 8.000 reales.
Los
escombros proceden de hundimientos ocasionados por las inundaciones del año
1895.
El Correo
Militar del 13 de septiembre de 1897 daba algún detalle
adicional:
Buen
hallazgo.
En
Ateca y debajo del puente colgante sobre el río Jalón, han sido encontradas una
onza de oro y varias monedas de ocho y de cinco duros, que se supone proceden de
alguna de las bodegas y casas que se inundaron hace dos
años.
Y El Globo
del 14 de septiembre de 1897 y El Siglo Futuro del 14 de septiembre de 1897
contaban de esta forma cómo acontecieron los
hechos:
En
la importante villa de Ateca (Zaragoza) limpiaba un peón caminero el desague de
una alcantarilla debajo del puente colgante sobre el río Jalón, cuando encontró
una moneda, que creyó un duro falso amarillo.
Examinada
detenidamente, se vio que era una onza de oro
legítima.
Suspendió
el trabajo filosóficamente el peón caminero y con un compañero se fue a celebrar
el hallazgo.
Al
divulgar la noticia, recordaron algunos que en el mismo sitio encontró quince
días antes el hijo de un sillero un centén reluciente y
seductor.
Ante
estos dos ejemplos acudieron varios exploradores en diferentes días y horas y
encontraron monedas de cinco duros y de ocho.
Hechas
las investigaciones oportunas, súpose que las basuras y escombros en que se
encontraba el tesoro procedían de las bodegas y casas de la calle Real de Ateca,
que se inundaron hace dos años.
Gran
número de personas han acudido al desague de la alcantarilla, a orilla del
Jalón, han removido tierras, han cernido escombros, y a estas horas han
desaparecido aquellos montones de materias no bien olientes.
Por lo
visto, el hallazgo no solo sirvió para aliviar la economía de muchos pobres
atecanos, sino que el Ayuntamiento vio cómo le limpiaban gratis el desagüe del
alcantarillado.