Bubierca
Página no oficial de Rodolfo Lacal |
Joaquín de Bubierca es uno de esos desconocidos que no constan en ninguna colección de biografías de personajes ilustres de Bubierca o de la comunidad de Calatayud. Pretendo a través de esta reseña, si no colocarlo a la altura de otros bien conocidos por todos, hacer honor a su vida contando lo poco que de él he podido averiguar hasta ahora.
La evangelización del Nuevo Mundo se llevó a cabo asignando territorios de America a diferentes órdenes religiosas, de manera que cada una de ellas tenía su, digamos, jurisdicción para convertir a los indígenas que en ella habitaban. Cuatro órdenes religiosas fueron autorizadas a evangelizar el territorio que hoy es Venezuela: franciscanos, dominicos, jesuitas y capuchinos.
Los capuchinos establecieron cuatro misiones en Venezuela. La primera fue la misión de Cumaná y corrió a cargo de los capuchinos de la provincia de Aragón, que ya se hallaban en Venezuela en 1657 tras una curiosa peripecia de tres capuchinos que iban a misiones en Panamá y acabaron en la costa venezolana. La misión de Cumaná cubrió la zona de los llanos de Cumaná, sur del Orinoco y su delta. Desde mediados del siglo XVII hasta 1811 fundaron 45 pueblos (se les llamaba reducciones a esos pueblos en los que se concentraba a los indígenas que hasta entonces vivían aislados). Entre los siglos XVII y XVIII desarrollaron su labor en esa misión 142 capuchinos aragoneses.
Por suerte para nosotros, los capuchinos tenían la costumbre de llamar a sus frailes por su nombre de pila seguido del nombre de su lugar de nacimiento. Así, por ejemplo, se sabe de los viajes de ida y vuelta entre España y Venezuela en la segunda mitad del siglo XVIII de Fray Buenaventura de Olvés, hijo del pueblo, lógicamente, de Olvés. Sus viajes se debieron al hecho de que, tras convencer a sus superiores de la necesidad de más misioneros para atender el enorme territorio que cubrían, fue encargado de reclutarlos en la provincia capuchina de Aragón.
Y así fue como Fray Buenaventura de Olvés partió el 2 de octubre de 1770 desde el puerto de Pasajes hacia el puerto de La Guaira en el navío "San Javier" junto con doce frailes capuchinos que había reclutado para las misiones en Cumaná. Estos son los nombres de los doce frailes capuchinos: Ignacio de Manchones, Joaquín de Bubierca, Juan de Almunia, Manuel de Alberge, Matías de Aranda, Vicente de Mesones, Joaquín de Godos, Antonio de Calanda, Eusebio de Fraga, Miguel de Segura, José de Sipán y Simón de Torrelosnegros.
Supongo que Joaquín de Bubierca pasó de la buena vida de convento en España a la dura vida de misionero del siglo XVIII. No sé si estaba en el convento de los capuchinos de Ateca, pero si lo estuvo se perdió las "merendolas" que allí se hacían. Leo en una web sobre historia de Ateca que "en 1776 hubo una queja ante el Padre Provincial de los Capuchinos en el sentido de que los miembros del Ayuntamiento (de Ateca), el Padre Guardián y los frailes celebraban meriendas y comilonas".
En Cumaná Fray Joaquín de Bubierca fue destinado a algunos de los pueblos más alejados. Según he podido averiguar estuvo en las misiones de San Pedro y San Pablo del Rincón, El Pilar y Teresén. También parece que estuvo en la misión de Amacuro (hoy Macuro). Sobre esta última he encontrado lo siguiente:
"En 1745, actualizaron o descubrió el gobernador una vía fluvial que mantenían en secreto los indígenas. Embarcándose en el pueblo de Teresén bajando por dicho río en piragua hasta las bocas del río Areo, llegando en dos días al pueblo de Irapa en el golfo Triste.
De tal suerte Irapa y Soro tenían un acercamiento a la masa continental; Amacuro por el contrario de espaldas, aislado mirando a las islas. En 1771, su misionero Joaquín de Bubierca le imputaba a esta influencia el hecho de no aplicarse a sus trabajos '... antes se van navegando con ellos y, para lograr esa libertad se han ahuyentado la mayor parte a la banda norte de la isla de Trinidad...' ".
Y esto es todo lo que hasta ahora he encontrado de ese anónimo fraile capuchino bubiercano.