Bubierca
Página no oficial de Rodolfo Lacal |
No sé muy bien cómo presentar esta noticia por lo extraña que es en todos los sentidos. Extraña por su contenido y extraña porque por mucho que la he buscado en muchos otros diarios, no la he encontrado en ellos.
Lo que transcribo a continuación no proviene de la hemeroteca de la Biblioteca Nacional de España, fuente de la mayoría de historias que he traído hasta ahora, sino del archivo digital de la Generalitat de Cataluña. En ese archivo se guardan digitalizados los ejemplares del periódico "La Publicidad", editado en Barcelona. En su edición del 1 de septiembre de 1897 se leía lo siguiente:
Es verdaderamente escandaloso el siguiente hecho que refiere "La Justicia", de Calatayud:
«De orden de la autoridad ingresó ayer en el hospital un vecino de Bubierca, llamado Antonio Monreal, el cual se encontraba en estado lastimoso a consecuencia de haber efectuado el viaje de ida y vuelta a Zaragoza, donde tuvo que presentarse como testigo a declarar en un juicio oral celebrado en la Audiencia.»
La noticia continúa, pero me permito parar de momento aquí, antes de transcribir el resto, para empezar a aclarar ciertas cosas.
Primero, el diario La Justicia de Calatayud no lo he podido consultar porque no está digitalizado y puesto a disposición pública en internet. Supongo que algunas copias de sus ejemplares estarán guardados en la Biblioteca Nacional —donde era obligatorio enviar siempre una copia— y en otros archivos provinciales y/o municipales.
Segundo, me llama la atención que la autoridad mande ingresar en el hospital a alguien que se encuentra en mal estado. Salvo que esa persona se niegue a ser ingresada, claro.
Tercero, ¿se marearía en el tren, que supongo se menearía mucho más de lo ya mucho que se menea todavía el cercanías de Arcos? Enseguida lo sabremos.
Cuarto, el hospital, entiendo yo, es el de Calatayud, ciudad en la que se origina la noticia.
Y quinto, Monreal es un apellido muy común en Bubierca. Muchos llevamos sangre Monreal en nuestras venas. Pero no quiero adelantarme a la sorpresa final de esta entrega. Pasemos a leer el resto de la noticia.
«Y hay que contar que de Bubierca a Zaragoza hay 118 kilómetros, que unidos a los 97 que el desgraciado Monreal anduvo para llegar al regreso hasta Calatayud, representan un viaje de 215 kilómetros a pie.
Sin comentarios»
¿Cómo que ”sin comentarios"? Los hay, y muchos.
En pleno 1897,o sea, a finales de siglo XIX, el tren llevaba 34 años pasando por Bubierca. ¿Cómo entonces este buen hombre se fue a declarar a Zaragoza a pie? No tendría dinero para pagar el billete quizás. Pero aún así, si iba a declara como testigo —y aquí me meto en un terreno que desconozco—, ¿no le correspondían dietas de locomoción y manutención?
El caso es que el bueno de Antonio Monreal, para cumplir con su deber de declarar como testigo en un juicio, se hizo todo ese trayecto a pie. Es una lástima que no digan cuanto tiempo le llevó hacerlo.
Sorprendente la cosa, ¿verdad? Pues ahora viene lo gordo. Resulta que el otro día le comenté a mi padre que había encontrado la noticia y va y me suelta: "Anda, ese debía de ser mi abuelo, el padre de mi madre". O sea, que mi bisabuelo parece ser que es el protagonista de esa noticia. No sé si reir o llorar....